martes, 3 de julio de 2007

Madame Bovary no esistís! (más noñadas...)



Bueno, muchachos, aquí se los presento, el ingenioso hidalgo Don Quixote de la Mancha, "el loco" para los amigos. ¿Cómo se volvió loco? Más o menos como Madame Bovary unos siglos después: leyendo. Pero, muchachos, ustedes que ya lo están juzgando como el mayor pelotudo de la historia universal (admítanlo!), abran un poco los ojos y lean esto (manténganlos abiertos, aunque sea un poco largo el fragmentito) y díganme a quién les hace acordar este simpático personaje:

"Es, pues, de saber que este sobredicho hidalgo, los ratos que estaba ocioso, que eran los más del año, se daba a leer libros de caballerías, con tanta afición y gusto, que olvidó casi de todo punto el ejercicio de la caza y aun la administración de su hacienda. Y llegó a tanto su curiosidad y desatino en esto, que vendió muchas hanegas de tierra de sembradura para comprar libros de caballerías en que leer, y así, llevó a su casa todos cuantos pudo haber dellos [...] Con estas razones perdía el pobre caballero el juicio, y desvelábase por entenderlas y desentrañarles el sentido, que no se lo sacara ni las entendiera el mesmo Aristóteles, si resucitara para sólo ello [...] En resolución, él se enfrascó tanto en su letura, que se le pasaban las noches leyendo de claro en claro, y los días de turbio en turbio; y así, del poco dormir y del mucho leer, se le secó el celebro, de manera que vino a perder el juicio. Llenósele la fantasía de todo aquello que leía en los libros, así de encantamentos como de pendencias, batallas, desafíos, heridas, requiebros, amores, tormentas y disparates imposibles; y asentósele de tal modo en la imaginación que era verdad toda aquella máquina de aquellas sonadas soñadas invenciones que leía, que para él no había otra historia más cierta en el mundo"

Mire vea, q si el Departamento de Humanidades entero no está encerrado en esta tipología, al menos yo me siento muy identificada. A mí se me secó el cerebro de leer porquerías (y dormir poco). LEVANTE LA MANO AL QUE NO!

domingo, 24 de junio de 2007

Rock around the clock!!






gracias
(ya saben quienes y por qué)

nota a coolaborador buchi: me recontra aprropié del blog, pataleá si querés :P

lunes, 21 de mayo de 2007

Anérdota Targuera: Inernet es grande y yo soy chiquita

Bien, dado el fracaso rotundo q atraviesa por el momento a este blog, y aprovechando q nadie va a leer esto, me permito intercalar en este soplo de incoherencias inconexas una anécdota targuera:

Estaba yo en el Mac ayer escuchando unos tangos, cosa q no suelo hacer, y cuando escucho la letra de uno ("Desencuentro"), en mi típica actitud de querer hacer saber lo poco q sé o lo q sé a medias todo el tiempo, le digo a mi "escort" (ustedes sabrán a quién me refiero, de todas formas no espero q nadie lea esto, y menos hasta el final); decía, le digo: "Este tango debe ser de Discépolo... por la letra, q tiene contenido social..". Como ya dije, mis conocimientos acerca del tango son casi nulos, y se reducen a unas clases de música q tuve en la escuela con Sarita Capelletti (me tendrá q disculpar, Sarita, no sé cómo se escribe su apellido, de todas maneras usted no se acuerda de mí), q se encontraba en ese momento acompañando a la cantante en el Mac, y que me enseñó q en la "década infame" había habido una especie de giro en el tango, y surguieron canciones que reflejaban la crisis económica y social (o algo así). Como el único exponente de este tipo de tango q yo conocía era Discépolo, me hice la q sabía y tiré ese comentario, q por otra parte estaba de más. (Adivinarán los valientes q todavía lean esto lo poco probable que era q yo acertara en estas condiciones.)

¿Para qué carajo les cuento todo esto? Bien, primero porque tengo ganas de escribir, y no se quejen porque ya les dije q no espero q lean. Segundo porque a raíz de todo esto encontré algo gracioso. Voy, como lega q soy en el tema, inmediatamente a la Enciclopedia de Saber Universal, q para mi TODAVÍA es google, no Wikipidia, y busco "Desencuentro + Discépolo". La página q más acertada parecía se llamaba clubdelprogreso.com. Pese al nombre garca, me animé a entrar,primero porque quería a toda costa saber si había acertado de casualidad con el autor del tango; segundo, porque ya la cosa me intrigaba, club del progreso... Bien, me encontré con esto:

Los suicidios en la década infame y en el tango, por Carlos A. Manus

"La década infame fue pródiga en suicidas de nota: los argentinos Leopoldo Lugones (18.2.38), Alfonsina Storni (24.2.38), Lisandro de la Torre (6.1.39), Enrique Méndez Calzada (28.7.40), Víctor Juan Guillot (23.8.40), Enrique Loncán (30.9.40), Florencio Parravicini (25.3.41) y Eduardo Jorge Bosco (30.12.43), y los uruguayos Horacio Quiroga (19.2.37) y Edmundo Montagne (1941). Esas muertes respondieron a causas personales o al clima amoral y de asfixia social y económica de esa época de infamia, corrupción y “mishiadura”.

El tema del suicidio -concretado, frustrado o simplemente meditado- fue abordado en el tango, fundamentalmente por Enrique Santos Discépolo en “Tres esperanzas”: No doy un paso más,/ alma otaria que hay en mí,/ me siento destrozao,/ ¡murámonos aquí!/ … / …No ves que estoy en yanta,/ y bandeao por ser un gil…/ Cachá el bufoso…/ y chau… ¡vamo a dormir!…/… / Si a un paso del adiós/ no hay un beso para mí/ cachá el bufoso…/ y chau… ¡vamo a dormir!

Discépolo comenzó a escribir esos versos en 1932, año en que se batió el record de suicidios en la Capital Federal con un tope de 0,028% sobre una población de 2.197.053 habitantes: 627 muertes producidas y 303 tentativas no consumadas, casi dos suicidios diarios (Memorias Policiales 1905-1955, Biblioteca Policía Federal). La voluntad suicida de esos versos es corroborada por la dramática decisión adoptada durante esa década por importantes figuras de nuestra cultura. Aunque en algunos casos hayan incidido circunstancias particulares, no es mera casualidad la contemporaneidad de esos suicidios con los años de mayor regresión que conoció nuestro país. Esas figuras sufrieron la opresión del medio ambiente cultural oficial y en medio de la difícil lucha por la existencia sintieron la misma frustración que Discépolo: la de estar engañados desde el día que nacieron. A todos ellos los sueños y las ilusiones les fueron desechos en aquellos años ignominiosos y angustiosos y, al fin, desesperados, encontraron como única salida la del camino sin retorno.

En “Esta noche me emborracho” Discépolo expresa el dolor de una desilusión amatoria: Nunca soñé que la vería/ en un “requiscat in pace”/ tan cruel como el de hoy,/ ¡Mire, si no es pa’ suicidarse/ que por ese cachivache/ sea lo que soy!…

[...]

Dice Discépolo en “Cafetín de Buenos Aires”: En tu mezcla milagrosa/ de sabihondos y suicidas,/ yo aprendí filosofía… dados… timba…/ y la poesía cruel/ de no pensar más en mí…

En “Desencuentro”, expresa Cátulo Castillo: Por eso en tu total/ fracaso de vivir,/ ni el tiro del final/ te va a salir.

Homero Expósito dice en “Afiches”: Y apareces tú/ vendiendo el último jirón de juventud,/ cargándome otra vez la cruz./ ¡Cruel en el cartel, te ríes, corazón!/ ¡Dan ganas de balearse en un rincón!…/ … / Yo te di un hogar…/ -¡fue culpa del amor!-/ ¡Dan ganas de balearse en un rincón!"

Lo q son las casualidades, también cantaron ayer "Afiches" y en mi ignorancia también lo supuse de Discépolo. Y el "Desencuentro" era al final del maldito Cátulo q confunde a la gente con ese acento y hace q al pobre Catulo de Verona lo llamen Cátulo. Es decir q otra vez queda comprobada mi ignorancia con respecto al tema, y la grandeza de internet.

miércoles, 2 de mayo de 2007

Sobre la dificultad de la hipérbole en los tomates cherry*

* este texto fue escrito por Buchi en algún momento del año pasado. Me lo mandó a mí y hoy, pensando en qué más podía subir al blog q yo no hubiera escrito, me acordé de él. Va sin autorización del autor. "Barthes ya dijo q el autor murió, pero!" (cómo odio esa frase!!). Bien, disfruten.




(Comienzo de cita) “f. ret. Figura que consiste en aumentar o disminuir exageradamente la verdad de aquello sobre lo que se habla” (fin de cita). Así define la hipérbole mi Sopena. Pero he aquí un problema para el raciocinio ¿Cómo realizar la hipérbole de un tomate cherry? La cuestión puede parecer de poca importancia o risible, pero no me causa ninguna gracia. Oh, tú, ponte a pensar, por ejemplo, si yo te quiero vender un melón, te diría que es un melón de los mas grandes de la cosecha (obviando el hecho de que sean los mas ricos, cuya exageración, si bien es la mas apropiada para venderte un melón, o un simple tomate cherry, es la mas obvia y recurrente en la gente comerciante), que fueron cultivados con los mejores productos (pero ninguno de estos dañinos para la vida humana) y que solo por hoy, están baratísimos. Pero… ¿como te vendo un tomate cherry de esa forma? ¿Qué te diría? ¿Que son los tomates cherry mas grandes del año? ¿Que alcanzan casi el tamaño de un tomate perita? Para eso me compro un tomate común y corriente, y listo (recordando que el tema del sabor nos es indiferente). ¿Que son tomates cherry aun más grandes que los tomates comunes? ¿Para qué carajo quiero yo un tomate cherry que parezca producto de Chernoville? O mais grande du mundo. Incapaz de ser metido en una bolsa del supermercado. Al tomate. Cherry. Aquí radica mi primera dificultad de la hipérbole en los tomates cherry.
Ahora, es cierto que hasta acá, estamos tomando esta figura, como algo que necesariamente tiene que ser mas grande, pero, no estamos viendo el hecho de que la gracia del tomate cherry (por favor, no entremos es cuestiones del sabor) se halla en que sea chiquitito, cuasi tierno. Entonces probemos la hipérbole en este hecho: “Tengo los tomates cherry mas pequeños que existen”, no creo ser yo el único que piense que ese enunciado carece totalmente de utilidad comercial ¿Cuál seria mi discurso al consumidor? “tengo tomates cherry que dejarían a Pulgarcito con hambre”, no lo creo, “realmente son chiquitos, véalo usted mismo, me caben veinte en la mano cerrada”, tampoco, “señor, señora, no lo creerá pero tendrá que cortarlos haciéndose uso de una lupa”, ni ahí. Aquí reside mi segunda dificultad de la hipérbole en los tomates cherry.
Para este momento no es difícil adivinar que esto me saca de quicio. Dolor de cabeza, Defcon 4, tomate de mierda.
¿Qué destino, qué fin ultimo, qué desenlace existencial puede llegar a tener un objeto que no puede ser exagerado? ¿A que puede aspirar un ser como el tomate cherry, el cual no puede ser hiperbolizado, que se rehúsa a transformarse para ser vendido, para funcionar acorde a mis tácticas de supervivencia?
¿Cómo definirá la historia a este ente revolucionario de las técnicas poéticas cotidianas? ¿Cómo definirá la historia… al tomate cherry?

domingo, 22 de abril de 2007

nota preliminar (qué te hacés?)

Y seguimos plagiando... Este se está convirtiendo lentamente en un "blog-cita" (o un blogcito de citas, chiste fácil q no pude evitar). Se ve q finalmente nos dimos cuenta de q no tenemos nada para decir, y q los demás dicen a veces cosas interesantes. Quiero poner varias cosas más, q nada tienen q ver con esta salvo por el hecho de q tampoco fueron escritas por mí. El sentimiento "¿Por qué no se me ocurrió a mí, pero?" domina este pero-blog. Ahora sí: los dejo con la cita.

La evolución de la ansiedad

"La civilización de Buenos Aires debe pensar seriamente en esto. No soy un alarmista. Pero sostengo que así como estamos amenazados de muchas pestes por falta de policía municipal, hace muchos años que la educación se descuida en inculcar en los niños esta idea: uno de los mayores defectos sociales es hacer esperar.

Tan es así, que me acuerdo yo de un andaluz que vivio once años de huésped en casa de una tía mía. Un día anunció que se iba a su tierra. ¡Ya era tiempo! Su despedida consistió en esto:

-Señora, usted no puede tener queja de mí, siempre he estado presente a la hora fija de almorzar y comer.

Con lo cual se marchó, habiendo dicho no poco, que el que no ha esperado jamás gente a comer, porque nunca ha dado comidas, habiéndose limitado a comerlas, no sabe lo que es esperar a un huésped o a un convidado.

Indudablemente, debe haber una enfermedad que los médicos no conocen, proveniente de la impaciencia de esperar gente a comer.

La ciencia no tardará en descubrirla y en agregarla a la nomenclatura patológica."

Lucio V. Mansilla, Una excursión a los indios ranqueles, Capítulo 13.

Medio ansiosos nos estamos poniendo ya casi llegando al siglo XX, no Lucio “querido”? Preguntale a Penélope, ésa sí q sabía esperar. (Claro q siendo personaje mitológico cualquiera espera 10, 100 años, 1000, ¿qué le hace?)

Bueno, ahora le hablo a Mansilla… Mi locura no tiene límites.


No me hagan caso.





Pero lean.
Y publiquen comentarios.

miércoles, 28 de marzo de 2007

En estos tiempos, speaking of witches.


Del plagio, hacia una difusión que los alcanze, les traigo esto:

“De la raíz latina mem salieron dos palabras: mens -mente- y memor -el que recuerda-; la memoria, como concepto, llegó más tarde. Primero apareció el que se acordaba, y después el recuerdo. En la Argentina, ahora, la memoria es anterior al que la ejerce: hay una Memoria, hay una obligación que -parece- todos deberían ejercer. En la Argentina, ahora, secuestraron la palabra memoria, y la Memoria nos tiene de rehenes.

El diccionario no lo dice todavía, pero ya va a llegar: Memoria: sustantivo, femenino, argentinismo: el recuerdo de los crímenes de la dictadura establecida en 1976. La palabra memoria, tan plural, se cerró en un sentido único; por eso puede haber nombres tan extraños como "Museo de la Memoria". Un museo, por definición, es un lugar de la memoria: un lugar donde se guardan recuerdos de dinosaurios, pintores exitosos, batallas empatadas. Que un museo pueda llamarse Museo de la Memoria es la consagración de la palabra con sentido único. La Memoria se ha impuesto: la Memoria sustantivo femenino argentinismo.

Digo: si quieren hacer un Museo sobre el terrorismo de Estado, ¿por qué no lo llaman Museo sobre el terrorismo de Estado y dejan libre a la memoria?

(…)

El sol del 24 viene asomando y, como cada año, se renuevan los recuerdos de la dictadura. Sólo que este año vienen con dos partes de sponsoreo oficial, gotas de corrección política y Museo: el famoso Museo de la Memoria está al caer. Bátase bien.

Cada sociedad elige qué musea, y es interesante ver de qué se trata. Las mismas piezas griegas y romanas que ahora nos parecen el non plus ultra o summum de lo artístico se pasaron mil años tiradas o enterradas, hasta que los italianos del Renacimiento decidieron que para renacer tenían que haber nacido antes y que eso les había sucedido en el Imperio Romano y empezaron a desenterrarlas y las juntaron y las falsificaron y las vendieron a precio de clásico y, por fin, inventaron el museo para ponerlas ahí adentro. Los museos, durante un par de siglos, guardaron lo extraordinario: el arte y la curiosidad exótica. Después, ya en el siglo diecinueve, el racionalismo y su necesidad de clasificar y explicar el mundo se hicieron tan potentes que todo merecía museo: las obras de arte, por supuesto, pero también los despojos de la historia, las máquinas e instrumentos, los tumores de hígado, los huesos de gliptodonte o los huevos fabergé. Ahora los museos son grandes productores de dinero –atraen turistas- pero no han perdido su función didáctica. O mejor: atraen turistas porque conservan el aura de su función didáctica y los turistas creen que los viajes educan. Nosotros, como cualquier sociedad contemporánea, museamos casi todo –en Buenos Aires hay museos de odontología, de la Policía Federal, de la caricatura, de farmacobotánica, de la DGI, de urología y siguen las firmas-: ahora creemos que tenemos que musear también la famosa Memoria.

-¿Y qué, no está de acuerdo? Usted debe ser de esos que dicen que lo mejor es olvidar.

-¿Y elegir cómo se recuerda, pensar cómo se construye ese recuerdo, no lo tienta?

Me incomoda que, una vez más, la historia de los años setentas sea la historia del terrorismo de Estado: que se edifique alrededor del edificio donde los militares más mataron, que recuerde lo que ellos decidieron. Que lo que se musee sea la maldad de los malos y el sufrimiento de sus víctimas. Sospecho que eso fue lo que los malos intentaron: que olvidáramos la decisión de sus enemigos y recordáramos su capacidad de destruirlos. Ese recuerdo hizo que desde entonces mucha gente se abstuviera de hacer nada que pudiera molestar a los más poderosos. Ahora, cuando ese miedo parece disolverse -a partir, sobre todo, de diciembre 2001-, insistir en la potencia de los malos es casi una forma de disciplinamiento.

-¿Y entonces qué quiere, que para no hacerles el juego nos olvidemos de todo? ¿Qué hagamos como si no hubiera pasado nada y santas pascuas?

Me parece que nunca dije eso, pero sí pensar qué queremos recordar de todo aquello: si centrar la "memoria" en las atrocidades o recordar también las decisiones de los que después fueron sus víctimas. Eso, en general, no está incluido en el sustantivo Memoria, argentinismo. Y recordar, sobre todo, para qué los malos ejercieron su maldad. Si no, nos hundimos en la Teoría del Demonio Solo: la dictadura como arranque de locura colectiva de un grupo de chiflados perversos que se la agarraron contra sus compatriotas al mejor estilo Hannibal Lecter.

Poner algo en un museo postula que eso que se muestra se acabó: darlo por cerrado. Y supongo que eso es parte de la operación: si la "memoria" de esos años se limita a sus atrocidades, si se encierran esas atrocidades en un museo, se termina de elaborar un mensaje que deslinda esas atrocidades de sus efectos generales, de sus beneficiarios actuales. Lo interesante de la reflexión sobre la dictadura no es pensar cómo torturaban, sino para qué lo hacían. Los militares mataron para armar esta Argentina –para la cual los radicales desfallecieron y los peronistas engañaron y los ricos aprovecharon cada una etapa: es todo el mismo viaje. El verdadero museo de la violencia militar se llama Argentina 2004, y el año pasado se llamaba Argentina 2003 y el año que viene adivinen cómo se va a llamar. Me parece que si el Museo de la Memoria no está centrado en contar eso, no cuenta nada de lo que ahora cuenta.”

Martín Caparrós en la revista Veintitrés del 11 de marzo de 2004


lunes, 26 de marzo de 2007

Disculpen las molestias, se nos dio por opinar

“El que no conoce la verdad es un ignorante. Pero el que la conoce y la llama mentira ese es un criminal." Esto dice Galileo Galilei (personaje) en la obra de teatro de Brecht q lleva su nombre. Y me acordé de esta frase, q siempre me pareció buenísima, a raíz de otra frase q habían seleccionado de la Carta Abierta a la Junta Militar de Walsh (con quien tengo una deuda pendiente): "El primer aniversario de esta Junta Militar ha motivado un balance de la acción de gobierno en documentos y discursos oficiales, donde lo que ustedes llaman aciertos son errores, los que reconocen como errores son crímenes y lo que omiten son calamidades. "


Todo esto me puso a pensar sobre la verdad como construcción y todo eso q no me llega a entrar bien en la cabeza (otra deuda pendiente), en especial cuando se trata de temas sobre los q creo tener verdades construidas. Ahora se me ocurre q el tema quizá venga intentar no tomar nada como dado y realmente contruir nuestra propia verdad, investigando, pensando, etc. Es muy socrático esto (por no decir pelotudo) pero creo q lo q estoy diciendo es q no hay q casarse con ningún punto de vista, simplemente tener "opiniones amantes", q todos los días te vuelven a conquistar.


Y me dejo de joder ya, porq me estoy cansando de tanta pavada. Pero sí hubo algo que me tranquilizó de todos estos pensamientos demasiado grandes para mí. Este poema q me llegó de casualidad:

Oficio

Veo lo mismo que tú ves
(o incluso menos, porque mi vista declina).
Sólo que, cuando tú duermes,
o haces el amor en complicadas posiciones
(lo que también hago, con dificultad),
yo trato, con dificultad, de convertir
lo que ambos vimos en palabras;
y luego, con dificultad, las palabras en versos;
y más tarde, con dificultad, los versos en poemas
(cosas que a veces consigo, con dificultad).
Y entonces publico esos poemas, con dificultad;
y por ellos, a menudo, con dificultad, me
felicitan amigos y desconocidos,
y también con dificultad,
me odian más los mentirosos,
me llaman mentiroso los ciegos,
las mentiras me ciegan de odio.

Luis Rogelio Nogueras

sábado, 24 de febrero de 2007

The thought police un poroto

(sé q es largo y denso, pero leanlo todo, el final es de no creer)



"El rechazo hacia el lunfardo se une en esta etapa[principios de la década del 40] al moralismo [...]que se plasma en lo estrictamente lingüístico en una reacción purista que reclama la implementación de medidas concretas de "depuración" del habla, ante la extensión en el uso cotidiano de formas subestándares o marginales [...]

La censura se extendía fundamentalmente hacia las letras de temas musicales, en especial del tango, y hacia textos radioteatrales y/o teatrales que contenían expresiones lunfardas populares tenidas como contrarias a la moral pública. De ese modo, a partir del 1943 y por algún tiempo, se suplantan de modo eufemístico las expresiones conflictivas. Así, por ejemplo, sucede con numerosos tangos; entre otros, El ciruja se convierte en El recolector, Que vachaché en Qué hemos de hacerle, Chiqué en El elegante y Barrio reo se cambió en Barrio mío."


de Lengua e identidad. Actitudes lingüísticas en la Argentina 1800-1960, Mercedes Isabel Blanco

viernes, 16 de febrero de 2007

Democracia





+ soy una novela y estoy al lado de...
+ un ensayo

+ yo soy la biblia y estoy al lado de...
+ ...el corán

+ yo, un best seller de cuarta
+ y a su lado yo, un premio nobel

+ yo soy un libro de matemáticas, estoy al lado del...
+ ...popol vuh

+ yo soy de autoayuda
+ y al lado yo, libro de arte

+ yo soy una autobiografía del editor
+ y yo, el libro de un autor, explotado por ese editor

+ yo soy un libro muy caro
+ yo, baratísimo

+ Nada más democrático que una biblioteca.


(Miguel Rep)

acabo de ver q en la mía
quedó el manifiesto comunista
al lado de un libro de cuentos

o es el azar de mi desorden
o mi biblioteca tiene
inclinaciones ideológicas
propias

en cuyo caso la tendré q tirar...

lunes, 12 de febrero de 2007

Hipótesis lingüístico-meteorológica

(Ante todo, disculpen la tardanza, pero este blog también se tomó vacaciones.)

A partir de una pregunta aparentemente ingenua de uno de nuestros colaboradores, hemos emprendido un proyecto de tesis de tipo linguístico-clímatico. La pregunta (se las adelanto para que no se mueran de la ansiedad) es "¿No será el viento el que nos vuela los 'peros' hacia el final de las frases?". Al principio descartamos la posibilidad, por absurda y ridícula. Pero el misterioso colaborador insistió, esgrimiendo cosas del estilo de que la interdisciplinareidad estaba cada vez más conviertiendose en la base de la ciencia moderna, culmimando su argumentación al grito de "Un poco de rigor científico, por favor!".

Si hay algo que nosotros no vamos a tolerar es q se ponga en duda nuestra cientificidad (que para nosotros es sinónimo de seriedad). Decidimos entonces emprender una larguísima investigación, que todavía está en proceso, cuyos incipientes (y poco fiables) frutos pasaremos a comentar.

Durante semanas, (¿meses? qué se yo, perdimos la cuenta) nos apostamos en distintos puntos estratégicos de la ciudad armados de medidores de viento (insertar término técnico aquí) y grabadores, con el doble propósito de registrar la velocidad del viento y la ubicación en las frases de los transehuntes del conector q nos ocupa y nos fascina . Sorpendentemente, los momentos de ráfagas más potentes presentan mayor número de emisiones que continen el querido "pero bahiense". Los días de menor viento, en cambio, el conector tiende a ubicarse en la posición tradicional del español bonaerense estándar. Lo días sin viento.... no existen por aquí.

Conclusión: por ahora parecería ser q es el viento. Claro que cualquier persona podría ahora preguntarnos por qué el viento no tiene este efecto en otras zonas, ya que de hecho en casi todas las demás ciudades del mundo hay días de mucho viento y los conectores parecen quedarse en sus lugares habituales. Hay dos teorías: 1 puede tratarse de la acción del "pozo del infierno" en el que está ubicada la ciudad, 2 tampoco podemos descartar la posibilidad de que algunas de las tantas cosas que diariamente son echadas al aire de la zona tengan un efecto especial sobre el viento, en este caso un efecto gramatical. Por ahora nada es seguro, pero. Por lo cual instamos a los seguidores de este blog a prestar atención a la relación entre su exposisión al viento y su manera de usar el conector "pero". Desde ya, muchísimas gracias.