lunes, 21 de mayo de 2007

Anérdota Targuera: Inernet es grande y yo soy chiquita

Bien, dado el fracaso rotundo q atraviesa por el momento a este blog, y aprovechando q nadie va a leer esto, me permito intercalar en este soplo de incoherencias inconexas una anécdota targuera:

Estaba yo en el Mac ayer escuchando unos tangos, cosa q no suelo hacer, y cuando escucho la letra de uno ("Desencuentro"), en mi típica actitud de querer hacer saber lo poco q sé o lo q sé a medias todo el tiempo, le digo a mi "escort" (ustedes sabrán a quién me refiero, de todas formas no espero q nadie lea esto, y menos hasta el final); decía, le digo: "Este tango debe ser de Discépolo... por la letra, q tiene contenido social..". Como ya dije, mis conocimientos acerca del tango son casi nulos, y se reducen a unas clases de música q tuve en la escuela con Sarita Capelletti (me tendrá q disculpar, Sarita, no sé cómo se escribe su apellido, de todas maneras usted no se acuerda de mí), q se encontraba en ese momento acompañando a la cantante en el Mac, y que me enseñó q en la "década infame" había habido una especie de giro en el tango, y surguieron canciones que reflejaban la crisis económica y social (o algo así). Como el único exponente de este tipo de tango q yo conocía era Discépolo, me hice la q sabía y tiré ese comentario, q por otra parte estaba de más. (Adivinarán los valientes q todavía lean esto lo poco probable que era q yo acertara en estas condiciones.)

¿Para qué carajo les cuento todo esto? Bien, primero porque tengo ganas de escribir, y no se quejen porque ya les dije q no espero q lean. Segundo porque a raíz de todo esto encontré algo gracioso. Voy, como lega q soy en el tema, inmediatamente a la Enciclopedia de Saber Universal, q para mi TODAVÍA es google, no Wikipidia, y busco "Desencuentro + Discépolo". La página q más acertada parecía se llamaba clubdelprogreso.com. Pese al nombre garca, me animé a entrar,primero porque quería a toda costa saber si había acertado de casualidad con el autor del tango; segundo, porque ya la cosa me intrigaba, club del progreso... Bien, me encontré con esto:

Los suicidios en la década infame y en el tango, por Carlos A. Manus

"La década infame fue pródiga en suicidas de nota: los argentinos Leopoldo Lugones (18.2.38), Alfonsina Storni (24.2.38), Lisandro de la Torre (6.1.39), Enrique Méndez Calzada (28.7.40), Víctor Juan Guillot (23.8.40), Enrique Loncán (30.9.40), Florencio Parravicini (25.3.41) y Eduardo Jorge Bosco (30.12.43), y los uruguayos Horacio Quiroga (19.2.37) y Edmundo Montagne (1941). Esas muertes respondieron a causas personales o al clima amoral y de asfixia social y económica de esa época de infamia, corrupción y “mishiadura”.

El tema del suicidio -concretado, frustrado o simplemente meditado- fue abordado en el tango, fundamentalmente por Enrique Santos Discépolo en “Tres esperanzas”: No doy un paso más,/ alma otaria que hay en mí,/ me siento destrozao,/ ¡murámonos aquí!/ … / …No ves que estoy en yanta,/ y bandeao por ser un gil…/ Cachá el bufoso…/ y chau… ¡vamo a dormir!…/… / Si a un paso del adiós/ no hay un beso para mí/ cachá el bufoso…/ y chau… ¡vamo a dormir!

Discépolo comenzó a escribir esos versos en 1932, año en que se batió el record de suicidios en la Capital Federal con un tope de 0,028% sobre una población de 2.197.053 habitantes: 627 muertes producidas y 303 tentativas no consumadas, casi dos suicidios diarios (Memorias Policiales 1905-1955, Biblioteca Policía Federal). La voluntad suicida de esos versos es corroborada por la dramática decisión adoptada durante esa década por importantes figuras de nuestra cultura. Aunque en algunos casos hayan incidido circunstancias particulares, no es mera casualidad la contemporaneidad de esos suicidios con los años de mayor regresión que conoció nuestro país. Esas figuras sufrieron la opresión del medio ambiente cultural oficial y en medio de la difícil lucha por la existencia sintieron la misma frustración que Discépolo: la de estar engañados desde el día que nacieron. A todos ellos los sueños y las ilusiones les fueron desechos en aquellos años ignominiosos y angustiosos y, al fin, desesperados, encontraron como única salida la del camino sin retorno.

En “Esta noche me emborracho” Discépolo expresa el dolor de una desilusión amatoria: Nunca soñé que la vería/ en un “requiscat in pace”/ tan cruel como el de hoy,/ ¡Mire, si no es pa’ suicidarse/ que por ese cachivache/ sea lo que soy!…

[...]

Dice Discépolo en “Cafetín de Buenos Aires”: En tu mezcla milagrosa/ de sabihondos y suicidas,/ yo aprendí filosofía… dados… timba…/ y la poesía cruel/ de no pensar más en mí…

En “Desencuentro”, expresa Cátulo Castillo: Por eso en tu total/ fracaso de vivir,/ ni el tiro del final/ te va a salir.

Homero Expósito dice en “Afiches”: Y apareces tú/ vendiendo el último jirón de juventud,/ cargándome otra vez la cruz./ ¡Cruel en el cartel, te ríes, corazón!/ ¡Dan ganas de balearse en un rincón!…/ … / Yo te di un hogar…/ -¡fue culpa del amor!-/ ¡Dan ganas de balearse en un rincón!"

Lo q son las casualidades, también cantaron ayer "Afiches" y en mi ignorancia también lo supuse de Discépolo. Y el "Desencuentro" era al final del maldito Cátulo q confunde a la gente con ese acento y hace q al pobre Catulo de Verona lo llamen Cátulo. Es decir q otra vez queda comprobada mi ignorancia con respecto al tema, y la grandeza de internet.

miércoles, 2 de mayo de 2007

Sobre la dificultad de la hipérbole en los tomates cherry*

* este texto fue escrito por Buchi en algún momento del año pasado. Me lo mandó a mí y hoy, pensando en qué más podía subir al blog q yo no hubiera escrito, me acordé de él. Va sin autorización del autor. "Barthes ya dijo q el autor murió, pero!" (cómo odio esa frase!!). Bien, disfruten.




(Comienzo de cita) “f. ret. Figura que consiste en aumentar o disminuir exageradamente la verdad de aquello sobre lo que se habla” (fin de cita). Así define la hipérbole mi Sopena. Pero he aquí un problema para el raciocinio ¿Cómo realizar la hipérbole de un tomate cherry? La cuestión puede parecer de poca importancia o risible, pero no me causa ninguna gracia. Oh, tú, ponte a pensar, por ejemplo, si yo te quiero vender un melón, te diría que es un melón de los mas grandes de la cosecha (obviando el hecho de que sean los mas ricos, cuya exageración, si bien es la mas apropiada para venderte un melón, o un simple tomate cherry, es la mas obvia y recurrente en la gente comerciante), que fueron cultivados con los mejores productos (pero ninguno de estos dañinos para la vida humana) y que solo por hoy, están baratísimos. Pero… ¿como te vendo un tomate cherry de esa forma? ¿Qué te diría? ¿Que son los tomates cherry mas grandes del año? ¿Que alcanzan casi el tamaño de un tomate perita? Para eso me compro un tomate común y corriente, y listo (recordando que el tema del sabor nos es indiferente). ¿Que son tomates cherry aun más grandes que los tomates comunes? ¿Para qué carajo quiero yo un tomate cherry que parezca producto de Chernoville? O mais grande du mundo. Incapaz de ser metido en una bolsa del supermercado. Al tomate. Cherry. Aquí radica mi primera dificultad de la hipérbole en los tomates cherry.
Ahora, es cierto que hasta acá, estamos tomando esta figura, como algo que necesariamente tiene que ser mas grande, pero, no estamos viendo el hecho de que la gracia del tomate cherry (por favor, no entremos es cuestiones del sabor) se halla en que sea chiquitito, cuasi tierno. Entonces probemos la hipérbole en este hecho: “Tengo los tomates cherry mas pequeños que existen”, no creo ser yo el único que piense que ese enunciado carece totalmente de utilidad comercial ¿Cuál seria mi discurso al consumidor? “tengo tomates cherry que dejarían a Pulgarcito con hambre”, no lo creo, “realmente son chiquitos, véalo usted mismo, me caben veinte en la mano cerrada”, tampoco, “señor, señora, no lo creerá pero tendrá que cortarlos haciéndose uso de una lupa”, ni ahí. Aquí reside mi segunda dificultad de la hipérbole en los tomates cherry.
Para este momento no es difícil adivinar que esto me saca de quicio. Dolor de cabeza, Defcon 4, tomate de mierda.
¿Qué destino, qué fin ultimo, qué desenlace existencial puede llegar a tener un objeto que no puede ser exagerado? ¿A que puede aspirar un ser como el tomate cherry, el cual no puede ser hiperbolizado, que se rehúsa a transformarse para ser vendido, para funcionar acorde a mis tácticas de supervivencia?
¿Cómo definirá la historia a este ente revolucionario de las técnicas poéticas cotidianas? ¿Cómo definirá la historia… al tomate cherry?