miércoles, 13 de diciembre de 2006

Crónicas azules

Con esto de que ahora hay más policías en las calles mis noches se vuelven más divertidas.
Abajo de mi departamento, en la esquina de Sarmiento y Zelarrayán, patrullan por las noches, hasta altas horas de la madrugada, tres agentes de sexo femenino. Estas oficiales de la ley no se dan cuenta de que las veo cada vez que vengo a fumar un pucho a la ventana y, en mi actitud de voyeur, descifro algo de su comportamiento infraganti, cuando nadie las ve.
De mi observación cada día descubro algo nuevo, además del eterno parloteo, ya que, que sean policías no les quita el ser mujeres, hoy encontré en su conducta algo de lo más gracioso: cada vez que sienten la presencia de alguien a su alrededor, o de un auto que se acerca por alguna de las dos calles, las "cobanis" dejan lo que estaban haciendo y adoptan una postura intimidante, seria y formal, de policía. Si estaban sentadas se paran, si se estaban riendo se callan, si estaban siendo humanas pasan a ser policías.
Tres víctimas más, de las representaciones sociales que tanto nos gustan.


Ahora dejo de escribir porque acaban de parar a seis o siete egresados, que vuelven de su tradicional fiesta, para averiguación de antecedentes.

2 comentarios:

beila dijo...

bien ahí buchi haciendo de panóptico del panóptico!!

Anónimo dijo...

"si estaban siendo humanas pasan a ser policías"
qué buena frase, che.